Un árbol para ser grande, fuerte y frondoso, inicia por querer y empieza el movimiento en la semilla, sin siquiera ser notorio el movimiento por fuera de la tierra sembrada y en ocasiones, al ser plantado con crecimiento, sus raíces empiezan el movimiento y todo por querer apegarse a su naturaleza de cumplir su plan de crecimiento, dedicado a trabajar para lograr su fin, empieza a crecer y descubre que es un triunfo sentir su crecimiento y apoyar al oxigeno, a la belleza de su área de vida, establece su comunicación con el medio ambiente aire, agua, el sol, la lluvia, etc. En el cual se representa según las necesidades que requiere cubrir del exterior, como la necesidad de agua, de atención para un cuidado continuo logrando su fuerza, altura, colorido, movimiento de sus ramas y sobre todo sobrepasar las etapas que vive, como las estaciones del año, que con sus debidos cuidados, sigue su siclo de vida.
¿Y si tu fueras un arbol? 🙂