Bendito sentido de urgencia que tú y yo hemos conocido ya, si, esa sensación más que estado mental de urgencia, que nos lleva a una acción física para ponernos en modo rápido, para revolucionar de forma apresurada y queremos que las cosas sucedan de ya y lógicamente también afecta la forma en el que hacemos las cosas y terminamos en modo acelerado, literal y metafóricamente hablando.
Lo mejor de esto es ¿Sera realmente una urgencia?
Puede ser que no, verdad. Esto nos puede lleva a reflexionar… en fin, este sentido es una maravilla que nos apoya a lograr lo que queremos de repente, es decir, nos da el apuro con ciertas ideas generalizadas que sentimos hacer de “urgencia”.
Lo mejor que tiene este sentido es que se contagia a los demás que nos remodelan e impulsa a la acción.
Quizás te ha pasado que una urgencia es una de nuestras ocurrencias personales, que por alguna loca razón queremos que se resuelva o se haga con urgencia; pero ese apuro solo está relacionado con nuestra impaciencia y muchas veces un nulo sentido por apreciar las esperas.
Otro punto interesante es que las urgencias son de cada quien, pues los grados de percepción son relativos. Así como en ocasiones te ha parecido algo simple y poco urgente el requerimiento de otra persona.
Como en todo extremo, este sentido de urgencia también nos puede provocar angustia y desespero, que claro para ti, que hoy lo entiendes, es sencillo mejor aprovechar esto como una herramienta para accionar, y si, es una simple idea mejor. Por ejemplo: Arreglar tu oficina, redecorar un espacio, darte un gusto, acelerar alguna tarea postergada, una llamada o visita a un amigo, etc.
Lo que si es un hecho, que este sentido con el paso del tiempo tiende a disminuir… #dicen
Aprovéchalo positivamente!!😊