- Te quiero recordar y confirmar, cuando tú decides, si llega el día en que empiezas a descubrir que corres más riesgo al quedarte firme y sin movimiento con ese deseo inmenso y profundo (tu sueño) que se mantiene vivo dentro de ti, así de natural, como para un capullo es más doloroso mantenerse que correr el riesgo de florecer.