La sinceridad sin prudencia

Seguro conoces alguna persona de esas llamadas sincericidas, que van por la vida creyendo que ser sinceros es sinónimo de ser buenos.

Los sincericidas parten de una creencia errónea pues piensan que “ser sinceros” equivale a “ser buenos”. Estas personas creen que ser “directos”, “decir las cosas como son” y “no andarse por las ramas” es expresión de su coherencia pero en realidad al causar daño con su sinceridad, sus actos revelan una intención destructiva, lo cual significa que existe un dobles moral porque en realidad no actúan como dicen que son.

Razón por la cual el sincericidio suele esconder una incapacidad para ser empáticos y ponerse en el lugar de su interlocutor. De hecho, una de las frases preferidas de los sincericidas es: “te lo digo porque a mí me gustaría que me lo dijeran”.

Esto demuestra que el sincericida suele decidir y actuar desde sus coordenadas, sin tener en cuenta lo que desearía o necesita su interlocutor. Definitivamente el hecho de que una verdad nos haga bien a nosotros no significa que le haga bien a los demás.

Para estar bien con uno mismo es importante ser sinceros y para estar bien con los demas puede ser diferente.

El sincericidio es la sinceridad sin prudencia, la constatación de una realidad objetiva que se realiza sin pizca de bondad ni belleza. Ese tipo de verdades se convierten en un arma que causa daño. De hecho, existen algunas situaciones en las cuales es importante tener un cuidado especial cuando vamos a decir una verdad pues esta podría ser más dañina que beneficiosa.

1.Cuando la verdad no aporta valor. En el caso de la reina, que era perfectamente consciente de su condición, recordarle la verdad solo añadiría una información inútil que causaría malestar. Por tanto, cuando la persona es consciente de la verdad pero esta la lastima, no es necesario recordársela porque sería como poner el dedo en la llaga inútilmente.

2. Cuando la persona no está preparada para lidiar con la verdad. Hay situaciones en las que la persona no está preparada para escuchar la verdad, por lo que esta podría causar un enorme daño a nivel psicológico. De hecho, una de las tareas del psicólogo consiste precisamente en preparar a la persona a lo largo de la terapia para que tengas las herramientas que necesita para afrontar ciertas verdades.

3. Cuando no es el momento adecuado; por lo regular la verdad es dura, por lo que para que la persona pueda sacarle provecho, es importante decirla en el momento adecuado. Si soltamos una verdad en un momento inoportuno, como en medio de una discusión acalorada, lo más probable es que cause una herida y no genere ningún bien sino que hará que lastime.

Cuidado, recuerda que en el punto de equilibrio se encuentra la VIRTUD.

SobreKarla Garcia

Licenciada en Administración y Contaduría Publica. Representante Anafinte.net AC, Master PNL, Parte del Equipo Fundador en español de John Maxwell, estudiosa incansable del ser y su evolución, holística de corazón, facilitador certificada y Master de PNL, Coach Ontológico. Amante de esta fiesta llamada vida que Dios me dio con la misión de disfrutar la estrategia mas sustentable y orgánica llamada felicidad para compartir contigo. :)

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