Un día acepté que merecía amor y me amé.
Un día recordé que yo soy abundancia y la abundancia me abrazó y seguí siendo agradecida.
Un día, reconocí mi poder y ese día me liberé y entendí que todo lo que mi mente cree, es lo que en mi realidad se convierte.
Un día entendí que todo estaba en mí, en mi actitud, en mi manera de pensar, de sentir, de hablar y que todo lo de afuera era fiel reflejo de lo de adentro…
Entonces cambié y empecé a hacerle caso a mi corazón.
Comprendí que el único ser que puede cambiar mi vida…siempre seré yo!!
Y desde entonces mi vida se convirtió en un constante milagro…..una realización divina llena de armonía, de paz y sobre todo de aceptación.
Y por fin soy feliz!!!
¿Y Tú cuando inicias?